¿Cómo puedes ayudar a alguien a quien amas cuando está deprimido?

Esta es la transcripción de un artículo, originalmente publicado en Vice por Kit Caless (@KitCaless) 1. Me pareció una muy buena referencia de la vivencia de una persona que convive con un alguien que sufre de depresión. He aquí el artículo completo sin ninguna modificación

 

Hubo un momento, a principios de este año, cuando mi novia y yo estábamos en la cama hablando de su depresión. Ella estaba en medio de su segundo ataque de depresión, seis años después de haber sufrido el primero. Me estaba describiendo cómo se sentía y me dijo que había estado teniendo «pensamientos suicidas». Tratando de desatar el nudo que se acababa de hacer en mi estómago y mantener la calma, le pregunté qué tipo de pensamientos eran esos. Me respondió: «Cuchillos, sobre todo pienso en cuchillos».

Lo primero que pensé fue lo siguiente:

«Es bueno que pueda ser tan sincera conmigo, eso es una mejora».

Esconde todos los cuchillos que hay en casa.

«¿Qué se supone que debo hacer con esta información? ¿Por qué me la ha dado?»

Esconde los cuchillos ahora mismo.

«¿Qué puedo hacer para ayudar a solucionar este problema?»

Sí, pero los cuchillos…

«¿Por qué iba a querer matarse? ¿Acaso no me ama lo suficiente? ¿No le parezco suficiente para hacerla feliz?»

Mi ego se vio gravemente herido. Me sentí un completo inútil. Me pasé el resto de la noche despierto preocupándome por los cuchillos, el amor, la depresión y mi papel en todo este triste asunto. A la mañana siguiente le envié un mensaje a mi hermana Katie: «Charlotte vuelve a tener una depresión. No sé qué hacer. Me siento totalmente inepto».

Katie, cuyo marido también sufre depresión, me respondió inmediatamente: « ¡Oh hermano, sé exactamente cómo te sientes! Llámame cuando quieras».

Eso fue suficiente para liberar parte de la presión que empezaba a sentir en mi cabeza. No le había contado a nadie lo que estaba pasando. Parecía que una pelota de tenis golpeaba una y otra vez contra las paredes de mi cerebro.

La depresión no es culpa de nadie. Es una enfermedad que, según el Royal College of Psychiatrists del Reino Unido, uno de cada cinco de nosotros experimentamos a lo largo de la vida. Afecta a la gente de muchas maneras y no existe una imagen predefinida o un conjunto de síntomas que se adapte a todo el mundo. Sin embargo, la depresión no solo afecta a la persona que sufre esta enfermedad. Por su propia naturaleza, también afecta a las vidas de las personas que la rodean, amigos, familiares y sus parejas en particular.

No estamos sufriendo de la misma manera que la persona que está deprimida, eso está claro. Pero, a la hora de intentar apoyar a alguien que amamos mientras intenta curarse, podemos vernos profundamente afectados. Como la persona que trata de ofrecer apoyo, te puedes sentir lleno de sentimientos de culpa, desesperación y miedo. Podemos sentir que tenemos que ir continuamente con pies de plomo y es importante que nos aseguremos de que también nosotros nos sentimos bien.

Lo primero que sentí cuando Charlotte estaba deprimida fue como se desinflaba mi propio ego. Mi amiga Raquel, cuyo novio y su mejor amigo han sufrido depresión, coincide conmigo. «Duele pensar que ya no eres capaz de hacerlos felices», me dijo.

En el fondo todos sabemos que no somos la única fuente de felicidad de nuestra pareja, pero Raquel tenía que darse cuenta que ella no era personalmente la respuesta. «No se puede «salvar» a una persona con depresión, solo tienes que estar allí para ellos», declara. «La mayoría de las veces se nos muestra agradecimiento si ayudamos a alguien. Sin embargo, con la depresión, tienes que prepararte mentalmente ante el hecho de que este agradecimiento va a tardar en llegar».

No estamos sufriendo de la misma manera que la persona que está deprimida, eso está claro. Pero, a la hora de intentar apoyar a alguien que amamos mientras intenta curarse, podemos vernos profundamente afectados.

Emer O’Neill, Directora Ejecutiva de la organización británica Depression Alliance, me dijo que lo mejor que se podía hacer era ayudar a tu pareja a que vaya a ver a un médico o a un profesional. «Fundamentalmente», afirma, «porque no puedes hacer mucho más por tu cuenta». Ella recomienda «intentar comprender mejor qué es la depresión para que así no digamos algo que pueda molestar a nuestra pareja o que sea inapropiado». Al tratar de comprender mejor este trastorno, «te sentirás mejor preparado para hacer frente a esta situación».

Asimilar lo terrible que puede ser una depresión para una persona debe ser nuestra prioridad. Si te sientes frustrado intentando animarlos, probablemente ellos están sintiendo también esa frustración de un modo mucho más acusado. Es difícil, pero, según O’Neill, si aumenta tu exasperación, puedes conseguir que se produzcan situaciones que no sean de ninguna ayuda. «Un miembro de la pareja dirá, «He hecho todo lo correcto, te he llevado a pasear, he cocinado para ti, he hablado contigo sobre ti y aún no sé qué es lo que te pasa», y por cosas así se puede romper una relación». Debes estar equipado con «todo el conocimiento sobre la enfermedad y su recuperación que te sea posible», afirma, «de este modo te proteges a ti mismo a la vez que comprendes a la persona que amas».

Básicamente, tienes que aprender a dejar tu ego a un lado. Es difícil, y a menudo no podrás, pero vale la pena intentarlo. Una de las maneras en las que puedes conseguirlo es hablando con otras personas. Tu ego no se sentirá mal si conoce a otras personas que están pasando por situaciones similares. Desde que he hablado sobre la depresión de Charlotte con mis amigos, he descubierto que muchos de ellos han experimentado lo mismo, es decir, han apoyado a alguien que tenía depresión. Sin embargo, nunca antes habíamos hablado sobre esto.

Es normal querer ayudar a la persona que amas, aunque no puedas solucionar las cosas por tu cuenta. Personalmente, intento ser realista sobre mi influencia, pero, al mismo tiempo, si hay algo, por pequeño que sea, que pueda hacer que me haga sentir mejor, quiero hacerlo. Emily Reynolds, que escribió de un modo tan excelente sobre las cosas pequeñas que puedes hacer para ayudar a alguien que está deprimido, explicó que la clave es «una mezcla entre una expresión personal de cuidado y amor, comprensión y ser útil. A veces hay una manera realmente práctica de hacer frente a esta enfermedad mental, en plan: «Te voy a preparar una taza de té» que, a pesar de sus buenas intenciones, no transmite la ternura ni la preocupación que obviamente lleva implícitas».

Evidentemente, hay casos en que los pequeños gestos sencillamente no son suficientes. Después de haberme oído hablar sobre la conversación que tuve sobre los cuchillos, O’Neill dijo, «Cuando alguien te habla sobre el suicidio, entonces, tienes el deber, la responsabilidad, de actuar al respecto. Esto es algo demasiado difícil de reprimir, es más de lo que nadie debería soportar. Decimos que la depresión se puede clasificar como leve, moderada y grave, y esta es realmente una definición médica que puede llevar a conclusiones equivocadas».

¿Por qué?

«Porque una persona se puede suicidar con una depresión leve. En todos mis años de formación, tanto si conozco a alguien íntimamente como si no, en cuanto expresan pensamientos suicidas, tienes que llamar a alguien, a una organización benéfica o a un médico de cabecera y decirle: «Mira, tengo que pasarte este caso»».

Quizá buscar ayuda fuera pueda parecer un incumplimiento de mis obligaciones o del principio de confidencialidad, pero créeme, la mente te puede llevar a hacer cosas poco corrientes a menos que hables con un voluntario, profesional o amigo. Charlotte no seguía el impulso de sus pensamientos, pero no estoy seguro de que yo quisiera arriesgarme de nuevo. Esto es en parte debido a que el hecho de no explicar a nadie más sus pensamientos suicidas para mí era agotador, pero también porque si algo sucedía, sería difícil no asumir parte de la culpa, a pesar de que fuese injustificada.

Una de las cosas más difíciles que sentí con Charlotte fue intentar convencerla de que algo iba mal en primer lugar. Una vez más, esto dependía en gran medida de saber cuáles podían ser las señales: dormir demasiado o muy poco, un cambio en los hábitos alimenticios, hipersensibilidad o dolores físicos inexplicables que duran más de dos semanas, por ejemplo. O’Neill reitera lo importante que es reunir esta información. «Puedes encontrar ayuda y asesoramiento a través de muchas asociaciones, puedes hablar con un médico de cabecera sobre esta cuestión, puedes leer libros y artículos», declara. «Busca información por Internet para que la vea tu pareja y dile: «Mira, estos son algunos de los síntomas, ¿crees que podrías estar pasando por algo similar?», pero coméntaselo con mucho cariño».

«Cuando alguien te habla sobre el suicidio, entonces tiene el deber, la responsabilidad, de actuar al respecto. Esto es algo demasiado difícil de reprimir, es más de lo que nadie debería soportar». – Emer O’Neill, Depression Alliance

El marido y la hija de mi tía Eleanor han sufrido depresión. En el caso de su hija Rebecca, fue una depresión postparto. La tentación de ser la solución, como madre, es fuerte. Pero habiendo sufrido la depresión a través de su marido, Eleanor decidió que la mejor manera de enfrentarse a ella era ofrecer ayuda práctica. Sin embargo, Eleanor afirma, «era difícil preguntar qué clase de ayuda quería Rebecca. La mayoría de las veces no lo sabía. Yo trataba de no ser demasiado autoritaria ya que ella tenía 30 años. Algunos días lo asumíamos y no nos preocupábamos demasiado, pero esto se debía en gran parte debido a que tenía dos niños pequeños que no queríamos que se viesen afectados por esta situación». Me dijo que se sentía deprimida y triste, pero que no intentó aconsejar a Rebecca, haciendo hincapié todavía más en la idea de que no podemos tratar de resolver las cosas por nuestra cuenta. Porque si lo intentamos, podemos acabar asumiendo demasiado. Si somos propensos a deprimirnos también nosotros, esto no ayuda a nadie.

La depresión pasa, siempre lo hace. Aunque parezca que nunca acabará, al final es así y te encontrarás con esa persona, una vez se ha cruzado el umbral, aliviado y sintiéndote mejor. Es entonces cuando es el mejor momento para entender la función que desempeñan los diferentes tratamientos que puedes buscar en una próxima ocasión. «A pesar de que lo hayas superado y desees seguir adelante, es bueno volver a visitar a tu médico de cabecera y hablar sobre otras opciones que podrías haber elegido», declara O’Neill.

Otra amiga mía, Natalie, cuyo novio Darran sufrió una crisis nerviosa importante hace unos años, me habló de cómo las cosas siguen adelante. Como pareja han trabajado muy duro para que Darran esté bien. «Es curioso», me dijo, «recuerdo haber pasado un infierno en aquel momento, pero fue hace tanto tiempo que casi parece que fue otra persona».

Cualquiera que sea tu situación, al apoyar a alguien que está enfermo, recuerda que no estás solo, incluso cuando parece que lo estás. La única manera «correcta» de intentar ayudar a alguien con depresión es informarte sobre lo que pueden estar sintiendo o pensando. Disponer del conocimiento necesario te permite tener algo de poder.

@KitCaless


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  1. el artículo original lo puedes conseguir en la dirección:  http://www.vice.com/es/read/ayudar-a-alguien-a-quien-amas-cuando-esta-deprimido-987 

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