Viral-Mente Foros de Discusión

Hoy por hoy algo es por definición importante, interesante o movilizador cuando se vuelve «viral». Este concepto, el de lo viral, refleja la forma en la que se transmiten los conocimientos, como se metabolizan los mensajes y se comunican entre nosotros. La importancia de un evento no se mide por la reflexión que genera en nosotros, o por lo que nos conmueve, sino por cuanto se viraliza. Es decir, un contenido es importante no por lo que nos hace reflexionar sino por la excitación que nos lleva a compartirlo. Las cosas no se reflexionan, ni se metabolizan, se reproducen.

El termino de viral parece muy acertado para definir esta forma de «transmisión» del conocimiento. El virus (de «veneno» en latín), es un agente micróscopico y acelular. Un virus es nada más que material genético cubierto por una capa de proteínas; es solo «algo»  que se multiplica. Es decir, no es en estricto un «ser vivo», se trata de un algo microscópico que se reproduce. Igual que los mensajes virales, micromensajes que son unidades mínimas de significado que no están vivas (o por lo menos eso no está muy claro), solo pasan por su receptor para multiplicarse.

La infección por estos mensajes virales tiene el mismo efecto en nuestra psique que tienen los virus que afectan nuestro cuerpo. Se reproducen a tal velocidad que terminan por superar y acabar con nuestras unidades de procesamiento. Ante tal cantidad de informaciones micro-virales, dejamos de reflexionar, nos convertidos en una suerte de «zombies infecciosos» que en lugar de pensar solo seguimos infectando a otros.

Un zombie es un muerto-viviente (undead en inglés), está muerto-vivo. Esto es, no tiene deseos, ni propósito vital, no tiene voluntad, ni libertad, no tiene en últimas alma y por ende no tiene pensamientos, ni capacidad creativa por supuesto. Hoy por hoy, la fascinación por los zombies (fascinación de la que da constancia el éxito de series como  The Walking Dead) puede estar relacionada con que esta imagen, la del zombie, se conecta y atrae elementos cargados del inconsciente que no tienen posibilidad de expresión consciente más directa.

De la misma manera que los sueños no son casuales, sino que reflejan aspectos cargados en el inconsciente (y de ahí la certeza de que los sueños en estricto «tienen mensajes» aunque por lo general no sean muy fáciles de «leer», básicamente porque solemos soñar eso que no podemos hacer consciente) nuestras elecciones conscientes están guiadas por aspectos inconscientes que requieren manifestación. Es decir, las cosas no nos gustan «porque nos gustan» solamente, ni nos interesa algo solo «porque es interesante». Una cosa es interesante para nosotros por algo en particular y ese algo, esa motivación, por lo general nos es (sorpresivamente) inconsciente, por eso aparece bajo esa forma (igual que los sueños), de un interés que puede ser raro, cuando toca aspectos inconscientes muy personales, o por el contrario en un interés acorde a los de un grupo de referencia más o menos grande (como el caso de la serie The Walking Dead).

El zombie entonces no tiene deseos, ni pensamientos, pero por otra parte parece estar dominado por dos impulsos irrefrenables (e insaciables): uno es el de infectar a otros y el segundo es el de comerse el cerebro de sus victimas. La metáfora de comer cerebros, el lugar donde se asientan los pensamientos, nos sirve como una referencia directa de ese hambre de lo no vivo por pensamientos, por vivir, solo que su búsqueda está destinada al fracaso porque no puede en realidad «robar» o «integrar estos pensamientos a sí mismo», terminando en la acción super concreta de «comerse el recipiente de esos pensamientos», destruyéndolos, de la misma manera que los virus (y los mensajes «virales») que entran en el organismo. Ellos, los virus, en realidad no «nacen, se reproducen y mueren» como cualquier ser vivo, sino solo se reproducen y se reproducen, no hacen vida, por el contrario destruyen la vida que habitan. Diríamos que en sus ansias (las que podrían tener si no estuvieran muertos-vivos y pudieran tener deseos) de vivir terminan solo en una reproducción intrascendente y destrucción de esa vida que pretenden robar. El zombie, sin la posibilidad de adquirir esos «pensamientos», sin poder adquirir alma, sigue hambriento, devorando cerebros insaciablemente e infectando, destruyendo pensamientos-vivos  y reproduciéndose.

La imagen del zombie refiere un poco a esa forma de procesar información a la que la contemporaneidad nos ha dado acceso, recibimos miles de mensajes al día, superando por mucho nuestra capacidad de metabolizarlos. Hoy en día una persona está expuesta en un solo día a más imágenes de las que recibiría una persona en su vida entera en la Edad Media. El problema con esto es que los mensajes se van vaciando de contenido, de vida, se hacen más cortos e infecciosos, solo se reproducen sin ser pensados. En nuestras ansias de comunicar destruimos el sentido, la vida del mensaje, y terminamos por  solo reproducir y reproducir.

Este espacio de este consultorio está destinado a convertirse en un laboratorio investigador de antídoto zombie. Para esto hay que enlentecer estos pequeños mensajes, ponerlos en un microscopio analítico para ampliarlos y tratar de darles sentido (insuflarles vida). La idea entonces es ser un foro donde tomar algunas de estas informaciones «virales» para encuestarlas y darles vida, enlentecerlas y reconocer su sentido, un espacio para hacer de lo viral reflexión.

De la misma manera que la modernidad en su inicio tenía el germen de su propia cura (la postmodernidad) en su centro (probando de esta forma la perentoriedad del principio homeopático en todas las cosas, principio que se debe buscar y estudiar cuando se detecta una situación de desbalance). También es muy posible que esta postmodernidad, que induce a una cantidad de extremos terribles, de personas con más sexo y menos erótica, más tecnologías de comunicación y menos comunicación, más canales de transmisión de información y una mayor velocidad en la transmisión de estos mensajes y paradójicamente personas menos enteradas unas de otras, con tecnologías de comunicación cada vez más potentes que disminuyen las distancias que terminan en menos intimidad y personas más alienadas, posea también en su centro, en el centro que le da potencia, en un punto ciego, su propio principio de regeneración. Este espacio pretende entonces usar esos espacios, los de estas tecnologías zombiezantes para intentar desenterrar el germen de una cura.

El primer laboratorio, que ya ha iniciado actividad, pretende abordar precisamente el tema de las relaciones interpersonales actuales, comenzando por el tema de la igualdad de genero, el feminismo y por supuesto la sexualidad. Puedes participar en este primer foro solo como espectador, leyendo los posts que se irán sumando a este primero para desarrollar diferentes temas a los que nos llevará la discusión. Puedes suscribirte en el menú que aparece en la esquina superior derecha de esta página de manera que recibas un mail cada vez que se haga una nueva publicación en este espacio. También puedes participar con tus comentarios en el espacio reservado para tal fin al final de cada post.  Si tienes alguna idea o sugerencia que quisieras que se tomara en consideración o quieres participar de una manera más activa en las discusiones puedes rellenar el formulario al final de esta página.

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